Cuenta la historia que Sor Faustina Kowalska, a partir de una visión que tuvo el 13 de Septiembre de 1935 empezó a difundir esta oración que el mismo Jesús le enseñó. En el relato de dicha visión recogido en su diario, afirma que el mismo Jesús le dijo:
Cuando recen este Tercio junto a los agonizantes, Yo me pondré entre el Padre y el alma agonizante, no como justo Juez, sino como Salvador Misericordioso.
Con estas palabras vemos, una vez más, cómo Jesús nos sale al encuentro una y otra vez. En su amor infinito vemos a lo largo de la historia cómo es que cumple esta promesa de quedarse con nosotros hasta el fin.
Santa Faustina relata en su visión:
Yo vi un ángel, un ejecutor de cólera de Dios (…) a punto de alcanzar la tierra (…). Comencé a rezar intensamente a Dios por el mundo, con palabras que oía internamente. En la medida en que rezaba así, vi que el ángel quedaba desamparado, y no podía ejecutar el justo castigo.
Al día siguiente una voz en su interior le enseñó la oración que te dejamos aquí: